«Confieso, inspector, haber matado a mi colega de letras. De escritor a escritor, a tinta fría, sin remordimientos sin un plan de fuga establecido. Puse toda mi imaginación y mi habilidad con las palabras para acabar con mi víctima. Rebusqué en su obra alguna excusa para suavizar su dolor. Pero
...
1 / 1