Si un niño intentase desmontar uno de los grandes misterios del universo únicamente con la ayuda de una cafetera, un coche viejo y un perro de orejas enormes, ¿sería capaz de hacerlo?
Si ese niño es Pablito T. Asimov, la respuesta es un rotundo sí.
Si un niño intentase desmontar uno de los grandes misterios del universo únicamente con la ayuda de una cafetera, un coche viejo y un perro de orejas enormes, ¿sería capaz de hacerlo?
Si ese niño es Pablito T. Asimov, la respuesta es un rotundo sí.